miércoles, 2 de mayo de 2012

UNA VEZ TUVE UN SUEÑO

"Tuve un sueño en que ella me pegaba una cachetada y me decía: "despierta tonta! esto no es un cuento de hadas"..." 

En mi mente un pregunta: ¿Que esperas de mi?. La pregunta tal vez mas elocuente que me haya hecho en toda la relacion.

El tiempo ha pasado y a medida que pasa es mejor, los recuerdos no sofocan o adormecen en lagrimas, las sonrisas son mas frecuentes y los despertares mas normales. No hay día en que antes de irme a dormir o al levantarme me mire al espejo y por un rato me quede pensando en mis ojos, en mi boca, en mi pelo, en mi cara, en mi cuerpo. Es posible que uno pueda enamorarse de uno mismo en una relación de pareja, lo que te hace sentir el reflejo del otro en tus ojos, los besos que te da y las palabras que te expresa, las promesas lanzadas al aire como pétalos llevados por el viento hacia algún lado.
Todo esta en la importancia que le damos a ese reflejo, a veces puede ser incandescente porque son dos los que se proyectan entre si y de igual forma shockeante, cuenta el espacio, el tiempo en que esas personas se encuentran, el lugar, las circunstancias, los sexos, las palabras, los gestos, todo parece confluir en un mismo lugar en un mismo momento.
Sentirse enamorado de uno mismo es en profundidad un certero y placentero egoísmo, algo que nos da placer pero cuando nuestro proveedor decide marcharse o no proyectarse mas por alguna razón nos envuelve el vacío, la tristeza, la soledad inmensa y sin sentido, cuenta lo que damos, cuenta lo que hicimos, cuenta lo que dijimos, cuenta lo que creamos en el otro y el otro en nosotros, "necesidad". El amor no es una necesidad, porque no es un remedio, no es un deseo, una energía, el amor es algo mucho mas grande e inmenso y si salimos de la burbuja propia se puede ver que hay amor en cada cosa que nos rodea, la necesidad del otro, o de lo que nos hace sentir esa relación nos vuelve resentidos, celosos, irremediablemente egoístas y vaciamente depredadores de quien nos pueda proveer de ese sentir.
No se que es el amor en su totalidad, creo firmemente que lo sabre cuando muera, por eso creo que cada relación es una experiencia para acercarme a aprender y a ver que es, y aprendí que no es un estadio, una estación de tren en la que paramos alguna vez y luego olvidamos.
Puedo seguir amando aunque esa persona no este acá, puedo seguir amando aunque alguien me haga daño, puedo seguir amando aunque pierda mi fe, puedo seguir amando aunque tome toda mi vida, puedo seguir amando aunque no entienda lo que es.
Lo cierto que mas intensas son las experiencias hay un valor que se pone en juego y es el olvido y en caso de salir dañado el perdón. Y ambos componentes del amor e interrelacionados, el tiempo esta siempre presente aunque no querramos aunque no lo tengamos en cuenta. Hay quienes confunden el pasar del tiempo con el olvido, hay quienes confunden el olvido con no amar mas, hay quienes confunden el perdón con la debilidad.
Lo cierto que todas las opciones conducen a un mismo lugar, la libertad.
Amar es libertad, tener la seguridad plena en el otro y el otro en vos, sin duda el amor es de a dos y los reflejos son mutuos aunque nazca de mi hacia vos y de vos hacia mi la gracia esta en la conjunción de ese momento, el olvido ayuda a seguir avanzando en la vida y poner nuestra atención en todo porque ciertamente el amor no esta en una sola persona ni en un solo lugar y lo cierto es que cada experiencia es diferente así que cada una tiene un aporte diferente y lo mejor aun cada vez que dejamos una historia de amor atras difícilmente volvamos a ser los mismos si nos quedamos con lo que nos dejo. Por ultimo el perdón nos libera de lo que paso y nos proyecta a seguir amando, y sobre todo en caso de haber salido dañados a sanarnos.
AMOR: CORRESPONDENCIA+OLVIDO+ PERDÓN. De otra manera el rencor, la incomprensión, el egoísmo, los celos, no dejan de ser sentimientos aprehensivos también, sin duda nos permiten seguir estar conectados con los que amamos, porque también son sentimientos pero no libremente.
Lo que se destaca en mi viaje de experiencias es la temerosa vertiginosidad de volver amar, que aunque no sepa como es y de donde venga ocurrirá. Lo hermosamente aterrador y liberador es siempre volver a dejarse llevar.








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